sábado, 25 de julio de 2009

De Repente (1º Capitulo)

Simulaba mirar el temblor de mis piernas, meciendo un lápiz entre el dedo anular y el índice. Mordía mis labios pálidos repetitivamente hasta cambiar a color carmesí. Pestañaba innumerables veces por minuto. Dudaba. Las sentía volar dentro de mí, me hacían suspirar. Se consumía el aire, (solo monóxido, solo monóxido) ese que contenía mi deseo reprimido entre el “Súper yo” y la realidad. Por que sabía que era risueña, que ya rodaría bajo las escaleras de escombros del babel ese impulso acomodado bajo una simulada distracción. Negada, corrí disimuladamente hacia el baño, necesitaba ahuyentarme, alivio claustrofóbico que me da soplos de verdad y no me deja fantasear, bofetada de lo abstracto que me ayuda sin reprimir viejas burlas entre las arrugas de la palma, sugerencia divina de lo mucho que dura tu presencia. Sus caras se acumulan y el sudor de mi frente se pasea solitario sobre los nervios bajo la piel…eso es, solo piel. Piel estirada que acurruca su felicidad a largo plazo, divina creación que deseo adueñarme, mas no me malinterpretes, no deseo lo ajeno (tu no estas atado a ella, lo se), solo quiero uno para mi, en mi vientre; en mis caderas tus dedos blancos, en mis labios tus labios rosas, en tus iris celestes mi imagen imperfecta que se distorsiona en ellos y me da un respiro.
Salgo, pero intento no pensar en ello, (lo intento, lo intento, lo intento) pero cuanto más lo hago…más lo pienso.
La hoja en blanco aún me esperaba, en aquella mesa de manteles de algodón, junto al papel ambos eran ampo, suave, frío, se deshace, desaparezco también, no sufro…
…ojos celestes, dominante manantial que me contiene nula en el presente.
Sóplame el cuello, dame inspiración delante de la plenitud aberrante que encierra la intimidación ante lo incierto.
No lo quiero más, llévate todas mis angurrias, todas mis promesas no juradas, todos mis hábitos encerrados, todo lo mío, todos mis llantos nocturnos, todos mis enamoramientos hacia el alba, hacia esta ciudad sin salida, llévate todas mis risas, viejas y ásperas, dulces y eternas, todas mi quemaduras abstractas, todo mi humor sarcástico, llévate mi imaginación colorida, mis lluviosos pensamientos obedientes, neuróticos, llévate mis relaciones platónicas, llévate esa tóxica vocecilla que me dice que impulsos romper, ¡llévame contigo!, por favor amor, llévame contigo. Solo se que no soportaría ya otro 15 de Junio.
Despierto. Con los ojos abiertos de par en par en el borde de la nada, ahí imaginaba que decirle y que no…que no. Y sinceramente no encuentro negatividad cuando pienso en él, soy un mar dulce, desconcertante, pretencioso. Deseo decirle todo de mi, cada falla, cada elocuencia, cada cosa que me conforme completa y a la vez, anhelo que lo descubra por propia voluntad…mas sus ojos ocupados no miran sino a ella, y sus dedos blancos y largos no tocan, sino su piel, ¡NO, NO, NO!, no lo hace, yo se que los anillos no atan, y sus votos jurados no los oí, son nulos en mi pleno juicio, porque sé que él es mío.
La gente se ha ido, él disimuladamente besa mi mejilla (pues ella esta cerca), quien también besa mi mejilla sin entender lo agridulce de la situación, no sabe que su vientre está maldito e infestado, pobre mujer…sabe nada, ignora lo que deja una pequeña brecha a la duda, ¡como brincaría sobre su rostro!, gritando la verdad hasta que TENGA que entender que él…es solo mío.
Tibia almohada que me acurruca sola en mi cama, mugre que desaparece con la oscuridad, ya es sombra. Duermo, pienso, me resbalo en las sábanas enfriándose con la brisa que juega con las cortinas tan lejanas, pensamiento común que baja y para el viento, mas yo, sueño.
La música enciende el alma, me cubre en la nada rutinaria.
Bebés no veo.
Mares no cambio.
Café no huelo.
Ángeles no siento.
Escrituras no encuentro, no busco, no quiero.
A ti te veo, te imagino y te siento, te cambio de escenario, mas tú eres perfecto. Encajas dentro de la obsesión que me consume y debes saberlo. Moriré, callaré por siempre, adorando siempre, negando siempre, puliendo mi estructura, desacomodando los cajones, besando labios de cenicero, tocando el mismo teclado, raspando las rodillas en la humillación, dando vuelta la esquina, otra y otra y otra vez, quedando como en un principio, feto uniforme que aun puede no existir…todo esto estuvo siempre tan cerca de no existir. Y no lo sabes (¿por qué?).
Debo comer, pasa el siglo soñado en portales que mantienen mi afable monóxido, dulce claustrofobia que me da pellizcos sobre la realidad. Debo salir, mis pies solo siguen el temblor de los mismos. Debo volver, la oscuridad y el horario combinan para refugiarme entre las sobras de la noche anterior, esas que eran sombras y bajo el sol son basura, sucia idea bien intencionada que no me suelta. Y quiero verte…porque sí.
Se ha desagitado el día, se pulieron las horas malgastadas, me regocijo en el minuto anterior al sonido esplendido de un timbre tan esperado. Aquí estas amor, sabia que los anillos no atan y que las mentiras se acurrucan en la conciencia hasta tener la oportunidad de ver la luz, ahora dime ojitos… ¿Cuándo darás pase a esa luz? estoy ansiosa, cansada de esperar. Rocas acumuladas sostengan siempre mi columna mientras irradio felicidad y enloquezco un poco, salgo de mi misma, me observo y río, de mi falta de sutileza y tu carencia de agilidad, no lo soporto ¡confiésalo de una vez!
De repente ya no es tan importante, cuando haces desaparecer mi camuflaje, cuando hundes las yemas de los dedos tibios en mi cadera, muerdes mis labios y los separas con tu lengua en llamas, mis uñas sobre lo denso marcando tu espalda, pies acalambrados, ya dejando, de a poco, acabando con lo bueno y excitante que dura tan poco, (la mentira y el engaño nunca supieron tan delicioso). Sábanas humeantes que se mezclan con el monóxido de mi habitación encerrada entre si misma, ceniza sobre el piso, vestimenta arrugada que me observa y critica, no me importa…confiésalo otro día.
Sonrío mientras miro la hoja que me espera ansiosa, las yemas sensibles lo captan todo y me estremezco con solo apoyar los dedos en tu divina fisonomía.

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