PUPILAS DE UN RIO SECO.

Sus cálidas aguas guardan el delicado secreto,
Resguardan como tesoro esos murmullos
Que yo le divulgué al oido en algún momento.
Y callaron, como cómplices del crimen perfecto.

Tus pálidas palabras intentan lastimarme,
Pero mis lágrimas qe caen como rasguños
En aquella orilla morirán, agonizantes.
Pero atrapados, allí no podrán escaparse.

Ya llega el ocaso en el horizonte escondido,
Yo escondo a los mios, tu, proteje a los tuyos.
El río susurra palabras dulces a mis oidos.
Palabras que de tí, jamas he oído.

Son como prófugas las gotas de estas aguas,
Que se arrastran hasta donde no haya susurros
Y cuando por fin no quede rastro de civilización humana
Lo natural fluirá como si nada.

Mi corazón esta inundado y tú tienes la clave,
Río, no ahogarás mi alma, eso no dudo,
Dejarás que de ahora en mas yo mismo lo lave.
Sí, amor, ahora, hasta el río lo sabe.